
Detrás está el Convento de San Francisco de Asis, siempre con su patio interior y con su carga de historia.

Desde cualquier ángulo es un templo con una gran fuerza, pero como toda estructura, con las luces, la distancia y el motivo, se transforma vertiginosamente y uno puede llegar a dudar que sea el mismo lugar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario