31 mayo, 2007

Se presenta La Virgen de la Cueva


El 18 de mayo del 2007, durante la IV Feria del Libro en Panamá, el poeta Héctor Collado presentó el libro "La Virgen de la Cueva". El acto, organizado por el Instituto Nacional de Cultura , tuvo lugar en el Salón Chaquira del Centro de Convenciones Atlapa.


El conjuro se repitió, y el resultado fue el de siempre: llovió. Ocurrió también en Nicaragua cuando leí algunos poemas de ese libro. Tarde despejada en el Parque de los Poetas y después de mis palabras se oscureció el cielo, dos rayos, humedad intensa y empezó el intercambio cómplice de miradas supersticiosas. Iba a llover antes del brindis.

De tanto llamarlo en altoparlantes, pasillos y tertulias, el 18 de mayo se inauguró el tiempo de huracanes con la Virgen de la Cueva. Los invitados llegaron empapados, confundidos y temerosos de llevar un ejemplar a casa. Los truenos se escuchaban mismo adentro y al final tampoco se podía salir.

De todas formas fue - según las fuentes "el libro más vendido en el INAC durante la Feria".

22 abril, 2007

de vuelta

Hace un tiempo ya que volvimos aquí, al lugar de donde salimos; al páramo, como dice Benjamín; a la colmena de los sueños. Se abrió una grieta como esas por donde uno puede llegar adentro de la tierra, cosa que yo desconozco si se puede volver a cerrar. Dice Rolando que la poesía está abriendo la carpa por aquí. Habría que ver si los vientos que soplan le van a permitir quedarse.

08 marzo, 2007

Saludos desde aquí y allá

Desde entonces han circulado mensajes con saludos de aquí y allá. Los poetas - ahora detrás del teclado - siguen clamando !Que Viva la Poesía!
¿Somos demasiado nostálgicos?

02 marzo, 2007

por Nicaragua

La vida en un Festival de Poesía no es precisamente una mirada al país que te recibe. Hay un manto que cubre serenamente lo cotidiano. Hay una sonrisa de fiesta más allá de las carencias que se asoman por las veredas.

Sin embargo Nicaragua surge tímidamente por las grietas del esplendor. Los caminantes distraídos no la ven fácilmente, pero ella tiene un rostro de color tierra que pide a gritos agua que limpie las heridas. Si, porque la guerra se aferra a cada esquina y clava sus dientes en el pueblo. Allí no han pasado los años ni ha venido el progreso. La deuda sigue sin pagarse, o peor aún, sin cobrarse.

El poeta avanza por las calles de una ciudad que tiene la plaza llena de letreros y música. Camina entre puestos de venta de libros, de artesanías y de sexo. Está de fiesta por decreto alcaldicio, pero más allá de la calle de los bares, los habitantes poco saben de escritores, de libros, de alegría. Hay una colección de chicos abandonados que regalan miradas de tristeza. Moisés apenas puede caminar, es un chico de dieciséis años con los pies destrozados por un hongo que devora también su sonrisa. Vive – según dice – en las calles, y pide “una ayudita” para comprar el medicamento que lo puede curar de su mal. Pero su mal verdadero, que es la calle, difícilmente se quitará con una pomada. Una chica le extiende temerosa unos cuántos córdobas y le aconseja que coma, vaya al hospital y se haga atender. Pero Moisés tiene otros planes, que no son precisamente salvarse.

Las noches en el futuro Patrimonio Histórico de la Humanidad no son del todo alegres. Afuera de los bares y restaurantes esperan gentes de todas las edades para pedir la misma “ayudita” y las monedas se dividen entre ancianas, hombres jóvenes y niños que compiten por ganarse la vida a punta de lástima. Su olor rancio persiste hasta que el turista – quien antes dijo no tener – cambie de opinión y se decida a compartir al menos el trago que lleva a medio terminar. Todo vale, un cigarro, un libro que se pueda vender, unas palabras de afecto. Se vive y se muere en el minuto que se tiene al frente un extranjero.

Un extranjero, porque los hermanos nicaragüenses ya no pueden reconocer el extravío. Ya no tienen el alma abierta y tampoco pueden sentir pena por los desamparados. Están envueltos en ese manto de fiesta y nada, nada los hará llorar de pena por Nicaragua.

28 febrero, 2007

La Voz

¿y qué es el poeta sino la voz en medio de la vida?

El Juego


El Pueblo

Fue convocado y asistió. El pueblo llegaba a la cita con los poetas, se vistió de colores y vino a ver, a escuchar, a nutrir a la poesía con su sabia incomparable. El Pueblo.

26 febrero, 2007

Cultura

¿Qué es cultura? Se dice que la expresión del pueblo, y sin embargo, hay muchos que la limitan a las actividades elitistas donde hay que llevar enciclopedia para entrar. ¿Qué Fulanito no tiene cultura?

Aquello incomprensible que compartimos

La mirada triste, la verguenza, un espectro que nos persigue a la ciudad que vayamos. Es una pobreza más allá de la guerra, del miedo. Parece un castigo autoinflingido. ¿Quién va a responder por este primer paso a la muerte?

Y mientras nosotros mirábamos aquella esquina donde el sol se ponía, donde era perfecto para que El Principito pudiera poner su silla de ver los atardeceres, al otro lado se oscurecía desde hacía ya tiempo.

Conozco este lugar; es más, pensé que se me había caído de la cartera y todos se daban cuenta de la amargura que llevo desde que supe que había nacido en un mundo injusto.

19 febrero, 2007

Lectura en Nandaime

Danilo Torres de Nicaragua, Michael Harlow de Nueva Zelanda, Lucy Cristina Chau de Panamá, Isolda Hurtado de Nicargua, Edwin Torres de Estados Unidos, Amir Helicom de Israel y Thomas Boberg de Dinamarca. Siete poetas recibidos en Nandaime como un acontecimiento.

¿Cómo no dar uno lo mejor de sí? Ahí estábamos todos rebuscando entre nuestros libros, aquellos más adecuados para la escuela de Nandaime.

Hasta allá fue a dar "La Virgen de la Cueva" con todo y coro. Pero también llegó "Así" en tributo a los panameños envenenados con los medicamentos de la Caja del Seguro Social. Y así como en Panamá, también en Nandaime fueron víctimas del desprecio por la vida, víctimas del silencio cómplice y víctimas de la indolencia. Me atreví a pedir a los jóvenes que no se dejaran borrar la memoria y no sé si lo harán, pero se los pedí casi movida por un temor de volver un día y no encontrarlos.

Municipalidad de Nandaime



Este edificio es de una calidez que va más allá de su trascendencia política. La inscripción de arriba revuelve muchos recuerdos. Luego, una vez adentro la historia de Nicargua se dibuja en las paredes y en los ojos de sus custodios.

De allí se parte hacia el segundo lugar más importante, quién sabe si el primero en realidad. La iglesia, siempre al frente.
Así es, esa es nuestra visión de la vida: la autoridad al frente de nuestras vidas. ¿Qué se puede hacer? Siempre hay un ojo que te vigila, que te protege de tí mismo, que te indica el camino.

Pero Nandaime es una promesa en medio del ruido.